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6 de junio de 2015

SOBRE LOS CAMBIOS RACIALES EN LOS SUPERHÉROES.



(Publicado originalmente en Cine y Café versión Facebook el 1-03-15)


Aquaman, el rey de los siete mares de la DC, al que siempre hemos visto de rubios cabellos y uniforme naranja y verde, ahora es hawaiano. Es lo que tiene fichar a Jason Momoa (Juego de Tronos en TV, Conan) para interpretarlo.

Lo mismo pasó en 2011 cuando Idris Elba (Pacific Rim, Prometheus) se hizo con el rol del dios nórdico Heimdall para Thor (2011) y Thor: El mundo oscuro (2013).

Y el ejemplo más reciente es Will Smith (no necesita presentación), que interpretará a Floyd Lawton/Deadshot en Escuadrón Suicida, un personaje caucásico en los cómics.

Más ejemplos.

Hasta no hace muchas semanas, se rumoreaba que Marvel y Sony podían haber apostado por un Spiderman negro y latino para su próxima reencarnación en las pantallas, inspirándose en el famoso Miles Morales, quien se hizo con la máscara de Peter Parker tras la muerte de este último en el Universo Ultimate (no confundir con el de toda la vida).

Para conocer y entender las reacciones de los aficionados, ComicWood pidió su opinión a varios especialistas del mundo de la viñeta y el celuloide.

Jordi T. Pardo, redactor de la sección de cine de Zona Negativa, nos dice "los cambios físicos de los superhéroes o personajes clásicos de cómic en las adaptaciones cinematográficas y televisivas siempre han sido mirados con lupa, por lo que la polémica suscitada con estas y otras elecciones (como los cambios de raza de Johnny Storm, la Antorcha Humana en la venidera “Cuatro Fantásticos” o del dios nórdico Heimdall, interpretado por Idris Elba en las dos “Thor”) no son ninguna novedad". "Estamos hablando de personajes que llevan décadas transmitiendo una misma imagen en sus cómics, con cambios puntuales, y muchos de ellos, como el mismo Batman, Superman o Spiderman, son auténticos iconos de la cultura pop aceptados y reconocidos por el gran público. Pero también debemos tener en cuenta que la viñeta y el medio audiovisual juegan con sus propias normas y reglas y no siempre son compatibles. Puede que lo que funcione en un cómic no lo haga en el cine o la televisión, o al revés, por lo que los cambios tanto en la historia como en la caracterización de los personajes resultan inevitables", reflexiona.



No obstante, para Pardo, estas normas y reglas "no deberían tomarse como una carta blanca para productoras y estudios", sino que tendrían que saber "cuándo un cambio es verdaderamente necesario, justificado y si puede aportar o mejorar en algo al material original. Los cambios de raza de algunos personajes resultan más polémicos porque una parte de los aficionados lo ve como una cuota marcada por los estudios para atraer al público afroamericano a las salas de cine, pero que no se corresponde con una necesidad artística real y, además, contradice su aspecto en los cómics”.

Aunque es cierto que la raza no tendría por qué definir a algunos personajes. El hecho de que Kingpin, en la “Daredevil” de 2003, no cambió su esencia como el peor villano del abogado ciego. Un Heimdall negro (visto en ambos “Thor”) sólo resulta extraño al pensar en cómo sería un verdadero dios nórdico, pero dentro de una película fantástica llena de licencias creo que no tiene mayor relevancia”.

Para Pedro Angosto, articulista del blog Man of Bronze, el problema radica en que la búsqueda del beneficio ha dejado a un lado la historia y la continuidad de los cómics.

"Actualmente las editoriales de cómic de superhéroes están obsesionadas con diversificar a sus personajes, incluso cuando esto suponga cambios radicales de los mismos. Ahora hay una serie con un grupo de vengadoras femeninas (A-Force), hay otro grupo formado por negros (Mighty Avengers), uno más formado por gays (Young Avengers), etcétera, etcétera... Lo lógico sería tener varios grupos donde hubiese una chica, una minoría racial, una opción sexual alternativa... Pero no, el marketing los segrega en nichos", sostiene.

En cuanto al cambio racial de personajes como el Johnny Storm de la venidera 4 Fantásticos, que será interpretado por Michael B. Jordan, para Angosto el principio es el mismo: "diversificar". "Pero en este caso se vulnera el principal pilar del nuevo éxito de Marvel Studios: hacer adaptaciones fieles a los cómics", comenta. "Ojala su color de piel fuese la única licencia que se ha tomado Fox con el Cuarteto Cósmico. La cosa es más grave que eso, y por lo tanto considero que ese cambio acabará siendo irrelevante en un 'reboot' que sabemos fallido desde que se concibió. Sin ver la película, a mi Michael B. Jordan me cae simpático. Descubrimos con dolor que, como los propios cómics, las películas no se producen para dar gusto a los fans de siempre, sino para colocar, promocionar o dar gusto a tal o cual actor. O a su agente. O a quien quiera que sea que se acuesta con cualquiera de los dos...", concluye.



Los movimientos de taquilla también están presentes en las reflexiones de Felipe Rivero de Aguilar, más conocido como Uruloki (apodo que también da nombre a su blog).

"Las decisiones dentro del mundo de cómic debidas a cambio de raza, o incluso de género (esa nueva Thor mujer), ya sea en su traslado al cine o dentro de la propia viñeta, son importantes y vienen por un lado a sacar provecho de esa idea de que uno logrará alcanzar un 'target' mayor en su estrategia de mercado, y también en el caso de las películas de posibilidades interpretativas más y más atrayentes".

¿Son entonces acertadas estas decisiones? "En parte si y en parte no", asegura con rotundidad. "Creo que el hecho de transformar a Miles Morales en el concepto de Peter Parker no es acertado. No ya porque el personaje de Morales, que es latino y afroamericano, pueda ser más o menos interesante sino porque iconos como Peter Parker han arraigado demasiado en el grupo social que disfruta de estos personajes como para asimilar, disfrutar y sentirse identificados con el cambio. Pero ojo, lo mismo ocurriría al revés. Nadie imaginaría a Blade siendo blanco, ni a Luke Cage, ni a Tormenta. Del mismo modo, nadie imaginaría a James Bond, 007, siendo negro. ¿Tiene sentido dar este giro para llegar a un mayor 'target' de audiencia? Pues no, dudo mucho que sean cifras tan importantes como para reinventarse y los fans se sentirán desubicados en el nuevo escenario que se les propone".

En lo referente al citado cambio de Peter Parker por Miles Morales, Iñigo de Prada y Sara G. Rodríguez, autores del El viaje del superhéroe de la editorial Dolmen tiran de datos que nos pueden haber pasado desapercibidos en su día.

"Sin ir más lejos, el último tío Ben, Martin Sheen, es de ascendencia latina, con lo que podemos deducir que Peter también lo era. Y Miles puede ser una gran alternativa para recuperar al Spiderman adolescente, liberarlo de su pasado y de paso dejar descansar a Peter".

En la misma línea se mueve Julián M. Clemente, editor Marvel de Panini Cómics. "No me importaría ver a Miles Morales en cine, porque es un personaje que me gusta mucho, pero tiene un importantísimo componente de legado, así que creo que, si algún día se hace correctamente, deberá ser a continuación de Peter Parker o como consecuencia de algo que haya hecho Peter".

No obstante, Clemente considera que el elegido finalmente será Peter, aunque para ello tenga que arrastrar consigo "un cambio creíble de verdad", ya que en Marvel y Sony "alguien puede pensar que hace falta un giro radical". "No puede ser más de lo que hay. Por eso creo que es una gran oportunidad para que por fin tengamos a un Peter de verdad adolescente", aclara.

Es más, también le parece entendible la justificación más extendida sobre estos cambios de raza de algunos personajes: "En los cómics de los años sesenta no había diversidad racial, sólo había blancos. Es razonable que, cincuenta años después, las cosas hayan cambiado un poco y las adaptaciones reflejen la diversidad de la sociedad. Porque a lo mejor si Stan Lee y Jack Kirby hubieran hecho Los 4 Fantásticos ahora, no serían todos tan blanquitos y tan 'middle class'".

Y para concluir, cita una deducción de Dan Slott, actual guionista de la colección del Hombre Araña en EEUU: "Dan proponía definir a Spiderman en 100 palabras, y llegaba a la conclusión de que 'blanco' no estaría entre ellas".

¿Opiniones?

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