Al igual que Tom Cruise, del que ya hablaremos más adelante, otro que últimanente está pasando por una mala época es Nicolas Cage.
Tras el tremendo "patinazo" en taquilla de EL APRENDIZ DE BRUJO, que a estas alturas aún no ha conseguido alcanzar los 100 millones de dólares en recaudación a nivel mundial (lo que equivale a un rotundo fracaso, teniendo en cuanta lo que costó, lo que se invirtió en su promoción y los nombres ligados a esta película - el director Jon Turtletaub ("La Búsqueda"), el productor Jerry Bruckheimer (saga "Piratas del Caribe", "Prince of Persia"), los estudios Disney y el mismo Cage -), las productoras de cine tienen claro que el actor ya no es el mismo de los tiempos de La Roca, Con-Air, La Búsqueda e incluso Ghost Rider.
Y es precisamente por la segunda parte de Ghost Rider, titulada GHOST RIDER: THE SPIRIT OF VENGEANCE, que Nicolas Cage se ha visto obligado a reducir casi dos tercios su salario: de sus habituales 20 millones de dólares por película ha pasado a cobrar sólo siete... y eso después de que los ejecutivos del estudio distribuidor, Sony Pictures, presentaran una oferta inicial de sólo cinco millones, algo que los representantes de Cage consideraron un insulto.
Tras diversas negociaciones, Cage cobrará finalmente los citados siete millones, que es lo mismo que cobran "don nadies" como Taylor Lautner (el hombre lobo "tío-bueno" de la saga Crepúsculo).
GHOST RIDER: SPIRIT OF VENGEANCE será dirigida por la temible pareja responsable de la chorrada de CRANK, y el guión corre a cargo de otro dúo, esta vez del mundo de la TV, Scott Gimple y Seth Hoffman ("Flash Forward").
Otro motivo por el que el sobrino de Francis Ford Coppola (¿no lo sabíais? Venga ya, es vox populi!) está sufriendo, aparte de sus problemas de solvencia económica con la Hacienda del gobierno de EEUU, es que su carrera artística ya no es lo que era. Y como muestra, un botón:
Resulta que Cage había aceptado intervenir en TRESPASS, la nueva película de otro gran olvidado de Hollywood, Joel Schumacher ("El Número 23", "Última Llamada"). El día 1 de Agosto Cage llamó a su agente y le dijo que cancelara su participación en TRESPASS, que estaba previsto que empezara su filmación sólo dos semanas después con Nicole Kidman y Liev Schreiber en el papel de un matrimonio secuestrado por un peligroso criminal (papel al que iba a dar vida el protagonista de 60 Segundos, después de que le ofrecieran el del marido, lo aceptara, lo rechazara y finalmente apostara por ser el villano... una idea aproximada de cómo está su coco).
El adiós de Cage no sólo no provocó que Schumacher se viera obligado a retrasar el inicio del rodaje (y lo que eso podía significar: posible "adiós" también de Nicole Kidman por cuestiones de agenda), sino también la posible retirada del avance económico de todas las distribuidoras a nivel internacional quye habían accedido a pagar parte del presupuesto del film con la condición de que Cage encabezara el cartel.
Según algunas fuentes, se dijo que el actor, tras cancelar su cancelación en TRESPASS, se fue de vacaciones y estaba ilocalizable... Pero cuatro días después parece que se le aclaró la cabeza de dudas, llamó personalmente a Schumacher (ambos ya trabajaron juntos en Asesinato en 8 Mm) y le dijo que nada, que todo había sido una gran confusión y que el rodaje podía empezar el día previsto y que contase con él.
That's Hollywood !
Cage hace tiempo que ha perdido el Norte
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