Seguimos analizando las anécdotas y los "pudo haber sido" del Hombre Murciélago cinematográficamente hablando.
En esta ocasión vamos a viajar atrás en el tiempo, al momento en que se empezó a gestar la primera película sobre Batman. No, no estamos hablando de la película de 1943 de Lambert Hillyer, ni la de 1966 de Leslie H. Martinson. Vamos a hablar de la más conocida: el Batman de Tim Burton (1989).
En 1979 los productores Jon Peters y Peter Guber se hacen con los derechos cinematográficos de la editorial DC Comics.
Los objetivos estaban claros: librarse de la alargada y bochornosa sombra de la serie de TV de los años 60... y de Robin.
Así, el guionista Steve Engelhart partió de la curiosa base de empezar el film con Batman y Robin combatiendo contra unos maleantes en un callejón y que alguien disparase a la cabeza al Chico Maravillas, ocasionándole la muerte.
Según sus propias palabras "Esto no es la serie de TV. Me pareció importante empezar así para vender el concepto de que la serie quedaba muy, muy atrás".
Más adelante se decidió prescindir, directamente, de la aparición de Robin en la película. Dejaban entrever que Batman ya le conocería más adelante.
En cuanto a los directores, se barajaron diversos nombres: Ivan Reitman (realizador de moda en aquella época por "Los Cazafantasmas") y Joe Dante (realizador de "Matinée" y "Gremblins"). Éste último declinó la oferta afirmando a los productores "Tenéis que buscar a alguien que crea en Batman. Yo no creo en él, sólo en el Joker".
Así, el jefe de producción de la Warner Bros. Mark Canton trajo a un joven entusiasta y con una visión particular del mundo llamado Tim Burton, y éste a su vez trajo a su guionista de confianza Sam Hamm.
Hamm pulió de arriba abajo el guión previo, que era demasiado cómico, sobretodo en cuanto a las bufonadas del Joker se refiere. Por ejemplo, el villano se dedicaba a pintar de negro las ventanas de los rascacielos de Gotham City (¡¿?!), convertir un gigantesco árbol de navidad en un cohete mortal (¡¿?!) o aparecer como artista invitado en la serie Vacaciones en el Mar (¡¿?!).
Hamm y Burton le dieron a la trama y a las "bromas" del Joker el toque siniestro, oscuro e introspectivo que finalmente imperó en la película.
En cuanto a los actores, para el papel de Joker los productores querían a gente tan dispar como Steve Martin, Robin Williams o el veterano Peter O'Toole (siendo éste último, pese a su edad, el más parecido físicamente al Joker clásico).
Pero tanto Tim Burton como el guionista Sam Hamm preferían a actores "más inquietantes y menos cómicos" como Willem Dafoe, Ray Liotta o Jack Nicholson.
Finalmente fue Nicholson quien se hizo con el papel, pese a sus reticencias iniciales. Al final, acabó aceptando, consiguiendo el sueldo más alto de la época (6 millones de dólares), un porcentaje del 20% de los beneficios en taquilla, y una cláusula en el contrato que obligaba a Warner Bros. a pagarle el sueldo de la más que probable segunda parte independientemente de que su personaje muriera o no en la primera película.
El papel de Batman/Bruce Wayne recayó en el actor Michael Keaton por puro capricho de Tim Burton, pese a que el estudio y los productores querían a un "guaperas" estilo Alec Baldwin (guaperas en aquella época, ahora padece un sobrepeso alarmante).
Si bien es cierto que los fans aplaudieron la decisión de que Nicholson interpretase al Joker, no las tenían todas consigo cuando supieron lo de Keaton. Pese a todo, Michael Keaton supo darle ese toque introspectivo, gris, deprimido y misterioso al personaje.
Para la "chica de la película", la fotógrafa Vicky Vale, se hiceron ensayos con la polémica actriz Sean Young. Incluso se filmaron escenas de ella y Keaton montando a caballo que finalmente quedaron fuera del montaje definitivo.
Desgraciadamente, filmando esas mismas escenas de hípica, Young cayó del caballo fracturándose el hombro, y fue sustituida por Kim Basinger, más del agrado de Bob Kane (creador de Batman). Según Kane "Basinger se parece más a Marilyn, que es como yo imaginé a Vicky Vale".
El resto, como suele decirse, es historia: la película costó 50 millones de dólares, recaudó más de 400 millones, más otros 1.500 millones gracias al merchandising... Empezó la Bat-manía.